viernes, 3 de julio de 2009

El llamado de Dios al arrepentimiento genuino

Base Bíblica: Lucas 24: 45-49

Introducción:

Es posible toparse con una persona en el caminar cristiano que haya dicho que se ha convertido al Señor en lo reciente, pero uno no observa un cambio en ella. Lo que si ve es que en su vida continua un comportamiento, conducta o actitud de una persona del mundo. Por otro lado, podemos observar el cuadro de una persona convertida al Señor, de varios años en el evangelio, que uno no duda de su vida sincera en el Señor, pero tiene una lucha con el pecado. Confiesa ese pecado una y otra vez y siempre cae nuevamente.

Uno ve esto y tal vez le venga a la mente el pasaje de 2da de Corintios 5:17, y se pregunta, ¿cómo explicar el no ver un cambio en esas personas? ¿Cuál es el problema?

Esto nos proponemos explicar a la luz de las escrituras en este escrito.

Desarrollo del tema:

Lucas 24: 45-49

Luk 24:45 Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras;

Luk 24:46 y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día;

Luk 24:47 y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.

Luk 24:48 Y vosotros sois testigos de estas cosas.

Luk 24:49 He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.

El tema en cuestión lo queremos desarrollar bajo el tema: “El llamado de Dios al arrepentimiento genuino”.

El ministerio de Jesus fue uno en el que se destacó su constante llamado al arrepentimiento y al perdón de pecados. En un número significativo de ocasiones se registra en los evangelios lo enfático que fue al tratar el tema. El llamado al arrepentimiento es también un llamado a la salvación.

Podemos ver además en la epístola de Pablo a los Romanos 2:4 como el apóstol apela a: ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?” Una de las razones por las que Dios, aparentemente, se muestra bondadoso con los no creyentes y profanos es para llamar su atención y guiarlos al arrepentimiento y salvación. Es por eso que a veces nos parece incongruente ver la prosperidad de los no creyentes. Lo juzgamos, pero eso no nos toca a nosotros.

También en 2 Pedro 3:9 el apóstol Pedro apela a: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

El arrepentimiento genuino es un gran pesar por el pecado y el compromiso de abandonarlo y andar en obediencia a Dios. A veces se confunde el arrepentimiento con vergüenza por que nos descubrieron en algo malo, abatimiento por las consecuencias del pecado, y hasta tristeza. Por lo tanto, lloramos, nos molestamos y hay lamento, pero eso por sí solo no es arrepentimiento. Porque, reitero, el arrepentimiento es un dolor, un pesar sincero ante Dios por el pecado, y un compromiso de que de ahora en adelante hemos de abandonarlo y renunciar a él, y en cambio andar en obediencia a Dios. Dicho de otra manera, es reconocer que contra quien estábamos pecando es contra un Dios que es Santo, y que no tolera el pecado, porque el pecado es a nuestra vida espiritual:

- Un veneno que nos va matando

- Nos degenera

- Nos hace sufrir

Dios nos ama demasiado, y por qué nos ama, siendo un Dios santo es tajante en cuanto a que no le va a pasar la mano o tirar la toalla al pecado en nuestra vida. Dios nos ama tanto que Dios no quiere que caigamos por ese precipicio que nos lleva a la destrucción.

Arrepentimiento es cambio

En 2 Crónicas 7:14, podemos ver el cuadro de cómo Dios hace un llamado a la humillación y a la oración, pero sobre todo a convertirse de sus malos caminos. Dicho de otro modo. Dios detesta y odia el pecado, y porque nos ama no avala el ocultarlo o pasarlo por alto. El pecado es malo y hace añicos a sus hijos.

Para que podamos entenderlo mejor, veamos el cuadro de arrepentimiento en la experiencia del hijo pródigo en Lucas 15:11.

  1. Este joven judío descendió a lo más bajo, hasta tener que cuidar cerdos en una pocilga, para poder comer. Esta es una ilustración de la condición a la que se puede caer cuando se sigue en el pecado y no se le abandona.
  2. Un cuadro de arrepentimiento:
    1. El joven volvió en sí. En otras palabras, cayó en tiempo o en cuenta de su realidad.
    2. Tomó acción de ir a su padre, fue en actitud humilde y humillado. No pretendió el lugar alto que una vez tuvo, pero tampoco se quedó en aquella pocilga.
    3. El padre fue movido a misericordia.

En ocasiones Dios nos permite tener que llegar al extremo de perderlo todo para que recapacitemos sobre nuestra realidad espiritual perversa. Muchas veces tiene que usar esto para llamar la atención de un hijo que está en perdición. En otras palabras, la posición de quebrantamiento de la voluntad nos pone en una postura hacia el arrepentimiento genuino, porque nos hace ver claramente las cosas. Nos damos cuenta que se tiene que hacer un cambio radical de renuncia al pecado y tener un duelo genuino ante Dios por el pecado. Hay una clara convicción del pecado.

Es por eso que, contrario a lo que en el último tiempo se ha popularizado, el evangelio es un mensaje duro. Duro porque no tolera el pecado. El verdadero y genuino arrepentimiento debe generar en la persona un cambio eterno en la vida, que claro está, se refleja en nuestro carácter, conducta y actitud. Esto es lo que nos hace ser santos.

Entonces si volvemos a revisar el pasaje de 2da de Corintios 5:17, podemos ver claramente la verdad bíblica de que, como un bebe que nace ocurre un cambio de estado, así para el creyente que experimenta una real experiencia de arrepentimiento esto representa un nuevo comienzo, un volver a empezar, una nueva vida.

Finalmente:

1 Juan 1:9 “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

Para aquellos creyentes que no se duda su sinceridad en Dios, pero que tienen una lucha con el pecado; hay que decir, que la confesión es estar de acuerdo con que el pecado no es algo aceptable, y que va a enfrentarlo.

Pero, muchas veces, aunque sea crea que hay arrepentimiento, en realidad no se ha rendido ese pecado. No hay una renuncia firme porque en el corazón sabe que lo va a cometer nuevamente. Solo entregando el pecado (deshacerse de lo que no agrada a Dios) podremos experimentar un verdadero arrepentimiento. Porque el cambio que amerita un verdadero arrepentimiento es la decisión de renunciar, abandonar, alejarse del pecado.

Hebreos 12:1 “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,

2 comentarios:

  1. hola, muy interesante lo que expones en el blog. Solo quería compartirte algo para ver si puedes ayudarme. Soy una adolescente criada entre cristianos, y aunque varias veces pedí perdon a Dios por mi pecados de chica, jamás experimenté un cambio en mi vida, y segui pecando. Se entonces que sy inconversa, pero no se como autoproducir el sentimiento de culpa, ya lei toda la Biblia, pero no se, parece que no me hace efecto. Se que se aplica el pasaje que dice que como no quisieron conocer la verdad, Dios los entregó a una mente reprobada, siento que nunca voy a poder convertirme, y como si dentro mío se que es mi destino INEVITABLE el no poder convertirme nunca.
    Cada vez pierdo mas la fe en Dios, se que debería sentir culpa por mi pecado, pero no siento nada, me gustaria sentirla para pedirle a Dios, pero mi fervor es pasajero, solo un sentimiento.
    Si puedes ayudarme te agradecería mucho, saludos y que Dios te bendiga.

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  2. Dios te bendiga que bien que este blogger haya sido de bendición para tu vida y este reflexionando. a la verdad que tienes una situación pero quiero dejar saber que para Dios no hay nada imposible tiene la bendición de crecer entre cristiano y tienes respeto en la palabra. Ahora bien dice que no sientes remordimiento y que pides perdón y no te sientes perdonada continuas pecando. comienzo a decirte que Dios envío a lo único que tenia su hijo para darnos salvación, el lo hizo por amor a nosotros y es esa sangre preciosa derramada en el calvario la que nos limpia de todo pecado. ahora nosotros como ser humano avece somo duro con nosotros mismo y no nos perdonamos si Dios te perdona y tu no te perdonas vas a continuar pecando, acepta tus errores confiesa tus pecado y pide perdón a ti misma. confiésate frente a Dios y pide perdón y apartate del pecado sea cual sea. cuando digo apartate es que si sabe que vas a caer porque esta en un sitio comprometido sal de ese lugar. y acuérdate si amas a Dios por ese amor y el sacrificio que el hizo Jesús en el calvario. una vez haya logrado enamorarte de cristo Jesús evitara hacer lo que a el no le agrada ese deseo de sentir remordimiento que es el espíritu santo dejándonos saber que estamos mal volverá .pero te aconsejo busca una iglesia donde congregarte y predique la sana doctrina y abre el corazón a Dios y deja que el te molde Dios tiene grande cosas para sus hijo ábrele la puerta de tu corazón. Dios te bendiga.

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