El culto fué uno lleno del Señor desde el principio. Había un ambiente de alabanza y adoración, y de lucha espiritual por esa comunidad y por que el mensaje del evangelio predicado desde ese lugar fuese de impacto a las vidas de ese lugar. El servicio dió comienzo con un estupendo despliege de alabanzas por parte de los grupos de adoración de la iglesia, y desde ese momento la huestes pentecostales allí presentes se envolvieron en la alabanza y cantaban y adoraban a Dios con mucha devoción.
La juventud y la niñez tuvieron una participación especial. La niña Katheleen Torres tuvo la ocasión de entonar el himno: "El no pereció", el cual cantó con mucha unción. Dios bendiga esa niña y ese talento que siga desarrollandose en ella. Al igual que los jóvenes de nuestra iglesia llevarón un tremendo himno dramatizado: "Si las Piedras Hablaran". Las participaciones culminaron con la participación de un grupo de niñas y juveniles que cantarón el cántico: "Poderoso".
El mensaje de la noche fué llevado a cabo por el Evangelísta Hno. Javier Ortiz, el cual trajo un mensaje poderoso y evangelístico por parte del Señor a esa comunidad. En la ministración pasaron personas de la comunidad que fueron impactadas por el mensaje y la presencia de Dios que se dió cita en aquella comunidad.
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